Aprender de la experiencia es el objetivo que persigue el 'outdoor training'. Escalada, descenso en canoas, juegos de habilidad, el fútbol o el baloncesto son actividades al aire libre transformadas en herramientas que utilizan los expertos para despertar actitudes de mayor eficacia y ayudar a los profesionales a identificar competencias de éxito por sí mismos.
El entrenamiento ejecutivo 'outdoor training' tiene en el deporte una excusa de protección. Juan Antonio Corbalán Corbalán, socio director de Make a Team, considera que "el deporte deja al participante desnudo, sin ninguna coraza profesional y expuesto al ritmo del juego; es un laboratorio fantástico, ya que las personas tienen una relación más visceral, lo que permite canalizar sus capacidades sin la presión que conlleva el día a día empresarial".
Francisco Trullenque, experto de la española Sponsor Management Consulting, nos ubica en un escenario practico del 'outdoor training' como metodología eficaz para potenciar el liderazgo, la comunicación y el trabajo en equipo. "Intentemos hacer bajar una trainera por un río del Pirineo y las consecuencias parecen bastante predecibles. Los materiales son tan inadecuados que, aunque sobreviva la embarcación, seguramente llegará de forma muy rezagada, quedará encallada o zozobrará. Los tripulantes, en un entorno cambiante, no saben qué hacer, ya que continuamente las aguas cambian de fuerza, dirección e intensidad, mientras que el líder enérgico se ve totalmente desbordado ante tanto cambio y no puede transmitir eficazmente las instrucciones precisas, por lo que el resultado final es un conjunto de instrucciones incoherentes, inconexas, incomprensibles y hasta contradictorias; se ve ahogado por las necesidades del momento y ya no tiene tiempo de preocuparse por infundir una motivación que, ante el agobio existente desciende hasta límites críticos y empieza a haber abandonos continuados (rotación y absentismo) que entorpecen todavía más el avance".
"Y ¿cómo se gestiona en este nuevo entorno?", se pregunta Trullenque. "Pensemos en una embarcación de rafting. Los materiales son mucho más flexibles y adaptables. La tripulación no está especializada en función de su puesto, sino que todos colaboran en cada momento en aquello que es preciso para conseguir el objetivo global. Dado que no hay apenas tiempo para decidir, el líder no transmite todas las instrucciones sino que, en cambio forma, potencia, transmite grandes líneas y coordina las decisiones más importantes que toman los miembros de la tripulación con autonomía y responsabilidad, con visión global y en equipo. Así pues, en este nuevo y cambiante entorno hay que gestionar de otra forma. Quienes dirigen la embarcación deben cambiar poder por un liderazgo basado en influencia, potenciación, formación, mentalización y comunicación. Quienes colaboran en ella deben asumir su nuevo papel de decisores con autonomía y responsabilidad riesgo, participando y comprometiéndose en el trayecto con una visión global clara. Por último, el modelo de gestión debe ser diseñado para permitir una flexibilidad y adaptabilidad a las condiciones cambiantes del entorno".FUENTE:
Catedráticos Escuela DEPORTE & NEGOCIOS
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