jueves, octubre 04, 2007

Más que leyenda

Mauricio Purto Una leyenda hindú explica cómo las montañas más grandes del mundo se elevaron desde el más profundo de los mares.En los comienzos, de acuerdo al Mahabharata, el dios Vishnu, el preservador de la vida, vivía en la costa septentrional de un gran mar. Sus dos únicos compañeros eran una pareja de gaviotas. Cada año la gaviota hembra depositaba sus huevos cerca de la orilla, pero cada año el mar llegaba hasta ellos y los arrastraba. La gaviota trató de superar el problema construyendo su nido más hacia el interior, pero no bastó: cada año, el mar avanzó más y más sobre la tierra, buscando y destruyendo los huevos, hasta que las gaviotas clamaron angustiosamente la ayuda de Vishnu. Y Vishnu abrió su boca y se tragó el mar, que se esfumó como si nunca hubiese existido, quedando en su lugar la recién creada Madre Tierra.Y a esta leyenda el Mahabharata añade un epílogo: que mientras Vishnu dormía, exhausto después de su descomunal trago, el demonio Hiranhyanksh se deslizó sobre la Madre Tierra y la violó con tal violencia, que sus extremidades se quebraron, estirándose alto hacia las nubes, formando así el Himalaya.Las leyendas se basan a menudo en hechos reales. Y los textos científicos modernos nos dan un relato formal idéntico del nacimiento del Himalaya, si bien es cierto, con otra lógica, la de concatenación de causas y efectos...Los geólogos coinciden en que en la era Jurásica, hace unos 80 millones de años, cuando los dinosaurios comenzaban a extinguirse y los mamíferos aparecían, la Tierra constaba de dos supercontinentes -Laurasia en el norte y Gondwana en el sur-, con el mar de Tethys entre ellos.Se nos ha dicho que Laurasia gradualmente se subdividió en dos masas de tierra, Europa-Asia y Norteamérica-cum-Groenlandia; mientras que Gondwana se subdividió en cinco: África, India, Australia, Sudamérica y Antártica. Estos territorios, con una sola excepción, se movilizaron lentamente hasta la posición que ocupan hoy. La excepción fue India, cuyo movimiento no fue ni lento ni localizado. Por un lapso de menos de 50 millones de años India derivó por el mar de Tethys, desde el hemisferio sur al norte, hasta que se estrelló en el "bajo vientre" de Asia.El resultado fue espectacular, ya que India actuó como un ariete gigantesco. Es este traumático nacimiento el que explica la estructura básica del Himalaya: su extrema altitud y su alineamiento en una sucesión de cadenas grosso modo paralelas corriendo en un sentido este-oeste, siguiendo la línea de la vieja placa continental de Asia.Los astronautas han dicho que "el complejo montañoso de Asia central ilumina el corazón del continente como un círculo de fuego blanco", y uno debe figurarse que una característica tan particular de la corteza terrestre ha sido parte de ella por largo tiempo. No es así. El Himalaya y sus cadenas asociadas se cuentan entre las montañas más jóvenes de la Tierra. Hace tres o cuatro millones de años -cuando los Urales, los Apalaches y las Rocallosas eran ya viejas- ellas no existían. En el lugar donde se yerguen hoy no existía sino mar; el más anciano y profundo de los océanos del planeta, el Mar de Tethys, y de cuyos sedimentos atestigüé casi a ocho mil metros de altitud, cerca de la cumbre del Cho Oyu y del Everest.

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