jueves, enero 17, 2008

Trekking al Plantat







Pasado el año nuevo, con Luís, la Vero y un amigo de estos (Oliver) fuimos por el fin de semana al Refugio el Plantat (que data de 1937, construido por la familia PLANTAT para ir a cazar guanacos... cuando habían guanacos).Partimos el sábado en la tarde, llegue al Manzano a eso de las 18:00, pasamos a comprar algunas provisiones (un par de vinos, pan, entre otros varios). De aquí, directo al Plantat.Llegamos al cabrerio, nos cambiamos de ropa, preparamos las mochilas y a caminar. Terminamos de cruzar el Morro Negro cuando el sol ya nos dejaba, así que la caminata por el Valle de la Engorda seria de Noche.





La verdad caminamos bien poco, paramos a los 40 minutos de iniciar la caminata en el cabrerio. Al pasar del morro al la Engorda, cruza un arroyuelo precioso, donde (al regreso del día siguiente) veríamos que crecían abundantes vegas, hermosos pastizales, y lo rodeaba una agradable arena y terrenos blandos, como para echarse a dormir. Pero... no, nos pusimos a unos 10 minutos mas de caminata, en medio de unos requeríos. Eso si he de destacar, habían 2 animales muertos y putrefactos en este arroyo.

Al día siguiente nos levantamos tarde, a eso de las 8 o 9 de la mañana (si, tarde para las condiciones y lugar en donde estábamos), mas bien el sol nos levanto, junto con Belcha, que a mi y a Oliver nos fue a molestar y a jugar con nosotros.
Un desayuno rápido, un pan pelado, comprado el día anterior, la leche capuchino que lleve yo, a armar las mochilas de trekking, y partimos. Caminar por el Valle de la Engorda “parece” un vello panorama, pero es una lata. El calor, el terreno pedregoso y las plantas espinosas, son un tormento. Luego de aproximadamente algo mas de 1 hora, finalmente llegamos a la pared que esta al fondo, donde se inicia el ascenso para llegar al Plantat. Aquí pasamos un buen rato, nos topamos con unas vacas, un trío de montañistas (mmm... venia una Lola re wena.. debí haber tomado fotos “de fraternidad”), hasta que fuimos llegando arriba. La verdad me resultaba muy fácil el ascenso, debiendo esperar a mi gente. El entrenamiento ha dado resultados óptimos.
A las 3 horas de iniciada la caminata, llegamos al refugio.





Aquí estaba Manuel, un veterano montañero, que nos contó que había sido de los fundadores de la ENAM junto a Lucero y otros. Nos dio algunas ideas para la reconstrucción del refugio de Agostini.





Paramos algo mas de una hora, recreándonos en la laguna, mojándonos, charlando... pero había que regresar.
Fue fácil y rápido, no menos tormentoso (al menos para mi) el paso por al Engorda.

Llegamos al auto, y de ahí a buscar unas empanaditas, que terminaron siendo en el Manzano. Aquí nos desquitamos con 2 empanadas cada uno (la unidad estaba a $800) y un mote con huesillos... que deleitaba el paladar y el cuerpo.

Minutos después, el viaje a la casa, es otra historia, algo dramática. Demoramos mas de 3 horas en el trayecto hasta Maipú. Las micros pasaban llenísimas (como en los inicios del transantiago), había mucha gente, hasta que pasada la hora de espera, a eso de las 10:15, logramos tomar una, la que metros mas allá fue apedreada por peatones molestos. Llegamos al metro per0o no logramos hacer trasbordo a la línea 1, solo llegamos a plaza Italia. Por suerte aquí tomamos micro... y llegue a mi hogar!

San Jose... proximo desafio!

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