viernes, febrero 02, 2007

Una nueva aventura...




Un ultimo respiro, el ultimo paso, y finalmente llego a la cumbre, al filo del cráter del Planchon, que nunca supimos cuanto tenia de altura, pero le calculamos unos 4000 o 3900msnm. La vista es grandiosa. Pero la verdad, a mi parecer, no parece un “cráter”, no me parece haber llegado al cráter de un volcán activo, mas bien el paisaje parece un montón de cerritos chicos y nieve. Solo 3 pequeños cráteres, que si me fijo bien (dado que soy medio cegaton, ando sin mis lentes y mas encima con las gafas), sueltan una fumarola, no muy abundante, pero la tienen.
El nico se fija en la hora, 9:15 de la mañana. Demoramos 6 horas, tal como nos habían dicho el día anterior. Pero, la aventura comenzó días, semanas... tiempo atrás. Y es mejo aclarar la cosa, mas cronológicamente.

Nicolás, luego de algunas salidas, conversaciones y participaciones en el taller de montañismo que dictamos, nos propuso (hace mas de 2 meses), subir al volcán Planchon, volcán que estaba dentro de los terrenos de su abuelo. Por problemas de información, nunca pudimos concretar su participación y que exponiera sobre el volcán en una reunión del Club (www.clubandino.redraes.cl). La cosa fue quedando ahí, pero la idea se mantenía. Esto, hasta hace unas semanas, cuando le mande un correo (ya que lo había conseguido) a Don Nicolás, preguntándole del tema. Por este medio fuimos concretando la fecha y demás detalles, hasta que se dio la fecha definitiva (o mas bien, fecha mas concreta). Partiríamos el lunes 22 de enero. Perfecto. Luego, los últimos días, la cosa fue cambiando, hasta quedar en que partiríamos el martes. Y bueno, todo muy bonito, muy interesante, pero yo me comencé a calentar con al salida, e investigue como siempre, sobre el lugar. Cerca del Planchon esta el Peteroa y el Azufre (otros 2 volcanes; pero me parece k son el mismo, solo k Azufre es llamado en Argentina), por lo que le fui diciendo al Nico que fuéramos de pasadita al Peteroa, solo significaba un día mas de expedición, otra jornada mas de aventura. Nunca me respondió sobre esto. Solo quedo en una idea, que... algún día será concretada.
Prosiguiendo, la cosa termino de la siguiente manera: partiríamos el lunes en la tarde, a eso de las 15:00, dado que el vehiculo debía regresar y pasar antes de las 20:00 por el puesto de carabineros- SAG. Iríamos 4 personas, y debíamos volver el miércoles, ya que uno de los expedicionarios debía presentarse el día Jueves a las 09:00 como testigo en un pleito judicial. O sea, ninguna opción del Peteroa. Bueno, había que aceptar la situación , si al final la cosa era salir, conocer, vivir aventura y mas adrenalina.
Sin mucha coordinación, parto el lunes a primera hora. Antes de partir debía hacer algunos tramites: ir a dejarle unos dvd a mi tía, y ver en la Universidad papeleos de ramos. Hice lo primero, lo otro lo pregunte por teléfono y no tenia para que ir; una suerte, porque la verdad ya no me daba el tiempo. Llegue justo a la hora al encuentro con Rodrigo, uno de los expedicionarios. Solo habíamos hablado por teléfono (muy gay, pero parecía una cita a ciegas). La cosa fue bien cómica, ya que mientras daba vueltas por el Terminal, de repente veo a un loco tomando y llamando por celular, me acerco y le digo –“Rodrigoo!”-, este como que me mira pero pasa de largo, quedo extrañado, pero podía ser. Duda me causo de que llevara un piolet en la mochila. Un minuto después, el mismo loco llamando por teléfono (mas que gay, esta situación parece un chiste de esos de capítulos o “actos”), siento el mío vibrar, contesto – Sergio, ¿dónde estas?, acabo de llegar al Terminal-, a lo que el contesto –ey, aquí estoy!-, levanto la mano, nos miramos y... (romántico, ¿no?)nada, ahí caímos en cuenta de que habíamos pasado al lado y no nos habíamos reconocido. Igual, medio jil mi compañero, si andaba con una mochila de 110 litros casi llena, 3 piolets en ella, lo llame por su nombre 2 minutos atrás... pero bueno, ya nos ahbiamso encontrado, ahora a viajar.
Me había citado en el Terminal Alameda, pero este s casi exculivamente para la 5° región (y de Tur Bus casi). Con esto ya me daba la idea de que mi amigo no era muy docto en viajes. Yo pensaba que era de Curico y se manejaba en la cosa de los buses. Nada, luego fui dándome cuenta de que no cachaba mucho de terminales ni buses, de que era algo menor que yo (tenia 20), algo “chico” (y no es que me este poniendo tan viejo ni carreteado). Nos cambiemos de Terminal, compramos los pasajes y salíamos en unos 10 minutos. Fuimos a buscar el bus, subimos las mochilas y pasamos a un kiosco a comprar bebidas. Aquí, luego de bastante rato, me atendieron: una mineral y un jugo de manzana. Rodrigo iba a comprar cuando me dice –oye, se fue nuestro bus-, - noo, si esta ahí, es ese- y le apunto. –No, si ese no es, se fue-, y partimos corriendo. Llegamos justo, se había movido unos 10 metros de donde estaba estacionado. Suerte. Subimos corriendo, nos sentamos y fuimos conversando algunas trivialidades.
Nos bajamos en Teno, unos kilómetros antes de Curico. El nico debía pasarnos a buscar aquí, para luego ir a su casa. Y así fue, llego el Nico, en una camioneta que a mi me pareció algo grandotota. Subimos, pasamos al supermercado a comprar las raciones de marcha y algunas otras cosas para comer. De ahí, a la casa del Nico. Impresión: si, tal como me habían dicho, mi amigo era un huaso. Casa patronal, como 4 camionetas grandotas, una cosa como establo o algo así, a unos 10 metros de la casa, pasillos enormes, como 2 comedores, etc.
Nos fuimos a comer de una, la entrada era un pescado o algo asi. Debi disculparme, pero mis mañas no me dejaban comerlo. La verdad la abuela del Nico me cacho la mirada y se dio cuneta de mi “impacto”. Pase al plato de fondo, unos porotos granados que estaba deliciosos. Solo un plato, aunque me ofrecieron otro, pero había que moverse en un rato mas. Además que no acostumbro a comerme 2 platos de porotos. Luego, una sandia. En medio de esto llego Cesar, el 4° integrante. Ahí me entere que había sido el profesor de Historia en el colegio de el, conocía bien a la familia, se veía muy amistoso.
Me cambie de ropa, me puse mi trajecito de montañista, el resto lo deje guardado en una bolsa. Cargamos las mochilas y partimos hacia la cumbre. Nos esperaban unas 3 horas de camino hacia el interior de la cordillera.










Llegamos, nos dejaron en una casa “de palos”, un enclave de arrieros. Ahí decidimos caminar un poco, para adelantar camino del día siguiente. Encabece la marcha, con animo y fuerza, a los 15 minutos, frente a una cascada y a un monte que se venia, le pregunto al nico -¿aquí estará bien?-, y era que 1, ya estaba cansadísimo, y 2, que el lugar realmente estaba para quedarse. Con pastizales, agua al lado, y leña cercana. El nico dijo que si, que mas allá (después de la loma) había solo roca y piedras. Y nos quedamos... y avanzamos la nada misma. Armamos la carpa con Rodrigo, mientras Nicolás y Cesar iban en búsqueda de la leña. Por suerte el Nico conocía el lugar y sabia donde había leña. En un par de minutos tenían una pira armada.




Luego a hacer el fuego... para el asadito! Le dimos al fuego, ensartamos la carne, la pusimos a las brasas... y Dios mió, que rico que estaba. No se si era el hambre, el lugar, no lo se, pero como con ganas, me comí la grasa sin problemas, era un deleite. Comimos hasta saciarnos completamente, del hambre pasamos a la gula. Teníamos mucha carne, y mientras esperábamos a que el fuego estuviera bueno y que la carne se asara, hicimos una sopita con carne (ya que habíamos llevado una carne cocida)... la verdad entre todo eso, mas galletas y queque, esa noche quedamos locos comiendo. Pasamos a lavar las cosas, apagar las brasas y al tuto, que nos esperaba un día de caminata.
De a poco nos despertamos, yo lo hice en cuanto la temperatura me molesto y salí de una, ya que necesitaba ir al baño a cagar. Es costumbre mía el despertarme e ir al baño, no lo puedo evitar, es una necesidad que no se puede postergar. Me “descargue” y me quede afuera de la carpa. El resto de a poco fue apareciendo. Preparamos desayuno, desarmamos la carpa, armamos las mochilas y partimos. Caminar y caminar, el valle, los paisajes eran hermosos. Luego de un rato divisamos un grupo de cerca 15 cóndores que carroñaban alguna presa. Como iba de ultimo no alcance a sacar la cámara. Seguimos, y el paisaje seguía bello. Llegamos a una nieve espectacular. Era una cueva, una verdadera caverna de nieve, con varias salidas y entradas. Quede alucinado con la forma. El riachuelo que pasaba entre medio, los pastos que había dentro, era algo mágico, de sueños o libros de aventura. Tomamos fotos, paseamos dentro, la mascota se saco algunas fotos y finalmente, tomamos las mochilas y partimos. A unos 10 metros estaba la casa del “cuidador” de las compuertas del lago; cada ciertos años (creo que cuando hay sequia) va este personaje para abrir las compuertas.. Un poco mas allá, luego de unos neveros, aparece el volcán, nuestro objetivo. Pero, unos pasos mas y tenemos la vista completa: volcán y la laguna. Bajamos las mochilas, sacamos fotos y continuamos nuestro viaje.
Subimos y bajamos por quebradas un buen rato. En una de esas, Cesar encontró una roca con un fósil, la que dejamos escondida para recoger al regreso... y continuamos.
(continuara...)

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