Día viernes, llame a pato por una plata que Eco me debía... y bueno, fuera de arreglar el pago me salio salida para el sábado. Destino, el afamado cerro Pintor, de 4200msnm. Mas contento que la cresta, en 24 horas mas tendría 34 lukitas en la billetera, o sea, pasar de 0 a 34 da para estar feliz.
Contento me acuesto, levanto... hasta Luís me llama antes de las 7 para que llegué temprano, o mas bien a la hora. Como siempre... me atrase y mi padre se rajo y me tiro al metro. Llegue a las 07:46, 1 minuto atrasado.
4 clientes, puros veteranos, la media debe haber sido de 65 años. Pero estos viejos de mierda... llegaron a la cumbre!!! Amigos y compañeros de veintitantos no llegarían ni a un tercio y estos abuelos llegaron, lento, algunos apunados (ni un problema de físico, ni un lamento)m pero llegaron y bajaron. Loas para ellos. Nosotros, con Luís, impactados.
Arriba me encontré con la gente de CAU, y mas tarde con mi conocido Abdo Fernández, antiguo y afamado ex presidente de este Club. Muy buena onda... puta que da envidia, las medias minocas que tienen... y nosotros, un par y termino saliendo con estos veteranos. Pero bueno... Mientras subíamos, pelando a la empresa y planificando el verano.
***Ojo: no hay fotos, dado que nuevamente (para Río Clarillo también) olvide mi cámara en casa.
Volvimos a la capital, luego de arreglar algunos entuertos, guardar el equipo en la oficina, partí a la facultad al carrete. Llegué, subí con una hela en mi mochilita... pero luego de “tirármela en la cara” me fui. Entre el cansancio, el venir en “otra onda”, otra sintonía, y sumado a que estaba mas desfasado que la cresta con la generación que celebraba, me aburrí. Mejor pa la casa –pensé- . Pero nada, las sorpresas del día no paraban.
Mientras esperaba la micro (local), me llama Carlos (el tarzan de Eco) por las llaves de la oficina. Tenia el auto adentro, lo necesitaba al día siguiente... y yo me había quedado con las condenadas llaves; resultado: Don Oso debía ir a Pedro de Valdivia con Sucre, a dejar las llaves. Eran las 21:30.
Espere un buen rato mas el alimentador, combine con el metro, cambio de línea incluida, me baje en Pedo de Valdivia. Aquí, a tomar taxi, y ¿qué sucede con los autos en la noche? Son todos IGUALES. O es blanco o u oscuro, no hay intermedios, eso sumado a que pasaban pocos y ocupados, un cachito. Luego de unos 20 minutos logre tomar un taxi, al pagar con 5000 no tenia vuelto “primera carrera de la noche”. El socio debió ir a una botillería a COMPRAR LECHE para que el cambiaran. En fin, con vuelto en la mano, a la casa de Carlos, entrega de llaves, arreglo de platas y pa la casa, eso si, ahora con las 30 y tantas lukitas.
¿Cómo llegar a la casa? Bueno: como en Pedro de Valdivia no pasaba nada, camine a Irarrazabal (unas 6 cuadras), ahí espera alguna micro, y paso una que hacia: Irarrazabal, Salvador, Santo Domingo, por lo que me baje en el Forestal y de ahí a esperar micro en plaza Italia. A las 12 de la noche desistí y partí donde mi abuela... a pedir asilo. RAJA DE CANSADO!!!!
Duro sábado... pero bueno, terminamos enteros, sin nada que lamentar y remunerados.
Contento me acuesto, levanto... hasta Luís me llama antes de las 7 para que llegué temprano, o mas bien a la hora. Como siempre... me atrase y mi padre se rajo y me tiro al metro. Llegue a las 07:46, 1 minuto atrasado.
4 clientes, puros veteranos, la media debe haber sido de 65 años. Pero estos viejos de mierda... llegaron a la cumbre!!! Amigos y compañeros de veintitantos no llegarían ni a un tercio y estos abuelos llegaron, lento, algunos apunados (ni un problema de físico, ni un lamento)m pero llegaron y bajaron. Loas para ellos. Nosotros, con Luís, impactados.
Arriba me encontré con la gente de CAU, y mas tarde con mi conocido Abdo Fernández, antiguo y afamado ex presidente de este Club. Muy buena onda... puta que da envidia, las medias minocas que tienen... y nosotros, un par y termino saliendo con estos veteranos. Pero bueno... Mientras subíamos, pelando a la empresa y planificando el verano.
***Ojo: no hay fotos, dado que nuevamente (para Río Clarillo también) olvide mi cámara en casa.
Volvimos a la capital, luego de arreglar algunos entuertos, guardar el equipo en la oficina, partí a la facultad al carrete. Llegué, subí con una hela en mi mochilita... pero luego de “tirármela en la cara” me fui. Entre el cansancio, el venir en “otra onda”, otra sintonía, y sumado a que estaba mas desfasado que la cresta con la generación que celebraba, me aburrí. Mejor pa la casa –pensé- . Pero nada, las sorpresas del día no paraban.
Mientras esperaba la micro (local), me llama Carlos (el tarzan de Eco) por las llaves de la oficina. Tenia el auto adentro, lo necesitaba al día siguiente... y yo me había quedado con las condenadas llaves; resultado: Don Oso debía ir a Pedro de Valdivia con Sucre, a dejar las llaves. Eran las 21:30.
Espere un buen rato mas el alimentador, combine con el metro, cambio de línea incluida, me baje en Pedo de Valdivia. Aquí, a tomar taxi, y ¿qué sucede con los autos en la noche? Son todos IGUALES. O es blanco o u oscuro, no hay intermedios, eso sumado a que pasaban pocos y ocupados, un cachito. Luego de unos 20 minutos logre tomar un taxi, al pagar con 5000 no tenia vuelto “primera carrera de la noche”. El socio debió ir a una botillería a COMPRAR LECHE para que el cambiaran. En fin, con vuelto en la mano, a la casa de Carlos, entrega de llaves, arreglo de platas y pa la casa, eso si, ahora con las 30 y tantas lukitas.
¿Cómo llegar a la casa? Bueno: como en Pedro de Valdivia no pasaba nada, camine a Irarrazabal (unas 6 cuadras), ahí espera alguna micro, y paso una que hacia: Irarrazabal, Salvador, Santo Domingo, por lo que me baje en el Forestal y de ahí a esperar micro en plaza Italia. A las 12 de la noche desistí y partí donde mi abuela... a pedir asilo. RAJA DE CANSADO!!!!
Duro sábado... pero bueno, terminamos enteros, sin nada que lamentar y remunerados.
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