
Un ultimo respiro, el ultimo paso, y finalmente llego a la cumbre, al filo del cráter del Planchon, que nunca supimos cuanto tenia de altura, pero le calculamos unos 4000 o 3900msnm. La vista es grandiosa. Pero la verdad, a mi parecer, no parece un “cráter”, no me parece haber llegado al cráter de un volcán activo, mas bien el paisaje parece un montón de cerritos chicos y nieve. Solo 3 pequeños cráteres, que si me fijo bien (dado que soy medio cegaton, ando sin mis lentes y mas encima con las gafas), sueltan una fumarola, no muy abundante, pero la tienen.
El nico se fija en la hora, 9:15 de la mañana. Demoramos 6 horas, tal como nos habían dicho el día anterior. Pero, la aventura comenzó días, semanas... tiempo atrás. Y es mejo aclarar la cosa, mas cronológicamente.
Nicolás, luego de algunas salidas, conversaciones y participaciones en el taller de montañismo que dictamos, nos propuso (hace mas de 2 meses), subir al volcán Planchon, volcán que estaba dentro de los terrenos de su abuelo. Por problemas de información, nunca pudimos concretar su participación y que exponiera sobre el volcán en una reunión del Club (http://www.clubandino.redraes.cl/). La cosa fue quedando ahí, pero la idea se mantenía. Esto, hasta hace unas semanas, cuando le mande un correo (ya que lo había conseguido) a Don Nicolás, preguntándole del tema. Por este medio fuimos concretando la fecha y demás detalles, hasta que se dio la fecha definitiva (o mas bien, fecha mas concreta). Partiríamos el lunes 22 de enero. Perfecto. Luego, los últimos días, la cosa fue cambiando, hasta quedar en que partiríamos el martes. Y bueno, todo muy bonito, muy interesante, pero yo me comencé a calentar con al salida, e investigue como siempre, sobre el lugar. Cerca del Planchon esta el Peteroa y el Azufre (otros 2 volcanes; pero me parece k son el mismo, solo k Azufre es llamado en Argentina), por lo que le fui diciendo al Nico que fuéramos de pasadita al Peteroa, solo significaba un día mas de expedición, otra jornada mas de aventura. Nunca me respondió sobre esto. Solo quedo en una idea, que... algún día será concretada.
Prosiguiendo, la cosa termino de la siguiente manera: partiríamos el lunes en la tarde, a eso de las 15:00, dado que el vehiculo debía regresar y pasar antes de las 20:00 por el puesto de carabineros- SAG. Iríamos 4 personas, y debíamos volver el miércoles, ya que uno de los expedicionarios debía presentarse el día Jueves a las 09:00 como testigo en un pleito judicial. O sea, ninguna opción del Peteroa. Bueno, había que aceptar la situación , si al final la cosa era salir, conocer, vivir aventura y mas adrenalina.
Sin mucha coordinación, parto el lunes a primera hora. Antes de partir debía hacer algunos tramites: ir a dejarle unos dvd a mi tía, y ver en la Universidad papeleos de ramos. Hice lo primero, lo otro lo pregunte por teléfono y no tenia para que ir; una suerte, porque la verdad ya no me daba el tiempo. Llegue justo a la hora al encuentro con Rodrigo, uno de los expedicionarios. Solo habíamos hablado por teléfono (muy gay, pero parecía una cita a ciegas). La cosa fue bien cómica, ya que mientras daba vueltas por el Terminal, de repente veo a un loco tomando y llamando por celular, me acerco y le digo –“Rodrigoo!”-, este como que me mira pero pasa de largo, quedo extrañado, pero podía ser. Duda me causo de que llevara un piolet en la mochila. Un minuto después, el mismo loco llamando por teléfono (mas que gay, esta situación parece un chiste de esos de capítulos o “actos”), siento el mío vibrar, contesto – Sergio, ¿dónde estas?, acabo de llegar al Terminal-, a lo que el contesto –ey, aquí estoy!-, levanto la mano, nos miramos y... (romántico, ¿no?)nada, ahí caímos en cuenta de que habíamos pasado al lado y no nos habíamos reconocido. Igual, medio jil mi compañero, si andaba con una mochila de 110 litros casi llena, 3 piolets en ella, lo llame por su nombre 2 minutos atrás... pero bueno, ya nos habíamos encontrado, ahora a viajar.
Me había citado en el Terminal Alameda, pero este s casi exculivamente para la 5° región (y de Tur Bus casi). Con esto ya me daba la idea de que mi amigo no era muy docto en viajes. Yo pensaba que era de Curico y se manejaba en la cosa de los buses. Nada, luego fui dándome cuenta de que no cachaba mucho de terminales ni buses, de que era algo menor que yo (tenia 20), algo “chico” (y no es que me este poniendo tan viejo ni carreteado). Nos cambiemos de Terminal, compramos los pasajes y salíamos en unos 10 minutos. Fuimos a buscar el bus, subimos las mochilas y pasamos a un kiosco a comprar bebidas. Aquí, luego de bastante rato, me atendieron: una mineral y un jugo de manzana. Rodrigo iba a comprar cuando me dice –oye, se fue nuestro bus-, - noo, si esta ahí, es ese- y le apunto. –No, si ese no es, se fue-, y partimos corriendo. Llegamos justo, se había movido unos 10 metros de donde estaba estacionado. Suerte. Subimos corriendo, nos sentamos y fuimos conversando algunas trivialidades.
Nos bajamos en Teno, unos kilómetros antes de Curico. El Nico debía pasarnos a buscar aquí, para luego ir a su casa. Y así fue, llego el Nico, en una camioneta que a mi me pareció algo grandotota. Subimos, pasamos al supermercado a comprar las raciones de marcha y algunas otras cosas para comer. De ahí, a la casa del Nico. Impresión: si, tal como me habían dicho, mi amigo era un huaso. Casa patronal, como 4 camionetas grandotas, una cosa como establo o algo así, a unos 10 metros de la casa, pasillos enormes, como 2 comedores, etc.
Nos fuimos a comer de una, la entrada era un pescado o algo asi. Debi disculparme, pero mis mañas no me dejaban comerlo. La verdad la abuela del Nico me cacho la mirada y se dio cuneta de mi “impacto”. Pase al plato de fondo, unos porotos granados que estaba deliciosos. Solo un plato, aunque me ofrecieron otro, pero había que moverse en un rato mas. Además que no acostumbro a comerme 2 platos de porotos. Luego, una sandia. En medio de esto llego Cesar, el 4° integrante. Ahí me entere que había sido el profesor de Historia en el colegio de el, conocía bien a la familia, se veía muy amistoso.
Me cambie de ropa, me puse mi trajecito de montañista, el resto lo deje guardado en una bolsa. Cargamos las mochilas y partimos hacia la cumbre. Nos esperaban unas 3 horas de camino hacia el interior de la cordillera.
Llegamos, nos dejaron en una casa “de palos”, un enclave de arrieros.
El nico se fija en la hora, 9:15 de la mañana. Demoramos 6 horas, tal como nos habían dicho el día anterior. Pero, la aventura comenzó días, semanas... tiempo atrás. Y es mejo aclarar la cosa, mas cronológicamente.
Nicolás, luego de algunas salidas, conversaciones y participaciones en el taller de montañismo que dictamos, nos propuso (hace mas de 2 meses), subir al volcán Planchon, volcán que estaba dentro de los terrenos de su abuelo. Por problemas de información, nunca pudimos concretar su participación y que exponiera sobre el volcán en una reunión del Club (http://www.clubandino.redraes.cl/). La cosa fue quedando ahí, pero la idea se mantenía. Esto, hasta hace unas semanas, cuando le mande un correo (ya que lo había conseguido) a Don Nicolás, preguntándole del tema. Por este medio fuimos concretando la fecha y demás detalles, hasta que se dio la fecha definitiva (o mas bien, fecha mas concreta). Partiríamos el lunes 22 de enero. Perfecto. Luego, los últimos días, la cosa fue cambiando, hasta quedar en que partiríamos el martes. Y bueno, todo muy bonito, muy interesante, pero yo me comencé a calentar con al salida, e investigue como siempre, sobre el lugar. Cerca del Planchon esta el Peteroa y el Azufre (otros 2 volcanes; pero me parece k son el mismo, solo k Azufre es llamado en Argentina), por lo que le fui diciendo al Nico que fuéramos de pasadita al Peteroa, solo significaba un día mas de expedición, otra jornada mas de aventura. Nunca me respondió sobre esto. Solo quedo en una idea, que... algún día será concretada.
Prosiguiendo, la cosa termino de la siguiente manera: partiríamos el lunes en la tarde, a eso de las 15:00, dado que el vehiculo debía regresar y pasar antes de las 20:00 por el puesto de carabineros- SAG. Iríamos 4 personas, y debíamos volver el miércoles, ya que uno de los expedicionarios debía presentarse el día Jueves a las 09:00 como testigo en un pleito judicial. O sea, ninguna opción del Peteroa. Bueno, había que aceptar la situación , si al final la cosa era salir, conocer, vivir aventura y mas adrenalina.
Sin mucha coordinación, parto el lunes a primera hora. Antes de partir debía hacer algunos tramites: ir a dejarle unos dvd a mi tía, y ver en la Universidad papeleos de ramos. Hice lo primero, lo otro lo pregunte por teléfono y no tenia para que ir; una suerte, porque la verdad ya no me daba el tiempo. Llegue justo a la hora al encuentro con Rodrigo, uno de los expedicionarios. Solo habíamos hablado por teléfono (muy gay, pero parecía una cita a ciegas). La cosa fue bien cómica, ya que mientras daba vueltas por el Terminal, de repente veo a un loco tomando y llamando por celular, me acerco y le digo –“Rodrigoo!”-, este como que me mira pero pasa de largo, quedo extrañado, pero podía ser. Duda me causo de que llevara un piolet en la mochila. Un minuto después, el mismo loco llamando por teléfono (mas que gay, esta situación parece un chiste de esos de capítulos o “actos”), siento el mío vibrar, contesto – Sergio, ¿dónde estas?, acabo de llegar al Terminal-, a lo que el contesto –ey, aquí estoy!-, levanto la mano, nos miramos y... (romántico, ¿no?)nada, ahí caímos en cuenta de que habíamos pasado al lado y no nos habíamos reconocido. Igual, medio jil mi compañero, si andaba con una mochila de 110 litros casi llena, 3 piolets en ella, lo llame por su nombre 2 minutos atrás... pero bueno, ya nos habíamos encontrado, ahora a viajar.
Me había citado en el Terminal Alameda, pero este s casi exculivamente para la 5° región (y de Tur Bus casi). Con esto ya me daba la idea de que mi amigo no era muy docto en viajes. Yo pensaba que era de Curico y se manejaba en la cosa de los buses. Nada, luego fui dándome cuenta de que no cachaba mucho de terminales ni buses, de que era algo menor que yo (tenia 20), algo “chico” (y no es que me este poniendo tan viejo ni carreteado). Nos cambiemos de Terminal, compramos los pasajes y salíamos en unos 10 minutos. Fuimos a buscar el bus, subimos las mochilas y pasamos a un kiosco a comprar bebidas. Aquí, luego de bastante rato, me atendieron: una mineral y un jugo de manzana. Rodrigo iba a comprar cuando me dice –oye, se fue nuestro bus-, - noo, si esta ahí, es ese- y le apunto. –No, si ese no es, se fue-, y partimos corriendo. Llegamos justo, se había movido unos 10 metros de donde estaba estacionado. Suerte. Subimos corriendo, nos sentamos y fuimos conversando algunas trivialidades.
Nos bajamos en Teno, unos kilómetros antes de Curico. El Nico debía pasarnos a buscar aquí, para luego ir a su casa. Y así fue, llego el Nico, en una camioneta que a mi me pareció algo grandotota. Subimos, pasamos al supermercado a comprar las raciones de marcha y algunas otras cosas para comer. De ahí, a la casa del Nico. Impresión: si, tal como me habían dicho, mi amigo era un huaso. Casa patronal, como 4 camionetas grandotas, una cosa como establo o algo así, a unos 10 metros de la casa, pasillos enormes, como 2 comedores, etc.
Nos fuimos a comer de una, la entrada era un pescado o algo asi. Debi disculparme, pero mis mañas no me dejaban comerlo. La verdad la abuela del Nico me cacho la mirada y se dio cuneta de mi “impacto”. Pase al plato de fondo, unos porotos granados que estaba deliciosos. Solo un plato, aunque me ofrecieron otro, pero había que moverse en un rato mas. Además que no acostumbro a comerme 2 platos de porotos. Luego, una sandia. En medio de esto llego Cesar, el 4° integrante. Ahí me entere que había sido el profesor de Historia en el colegio de el, conocía bien a la familia, se veía muy amistoso.
Me cambie de ropa, me puse mi trajecito de montañista, el resto lo deje guardado en una bolsa. Cargamos las mochilas y partimos hacia la cumbre. Nos esperaban unas 3 horas de camino hacia el interior de la cordillera.
Llegamos, nos dejaron en una casa “de palos”, un enclave de arrieros.
De a poco nos despertamos, yo lo hice en cuanto la temperatura me molesto y salí de una, ya que necesitaba ir al baño a cagar. Es costumbre mía el despertarme e ir al baño, no lo puedo evitar, es una necesidad que no se puede postergar. Me “descargue” y me quede afuera de la carpa. El resto de a poco fue apareciendo. Preparamos desayuno, desarmamos la carpa, armamos las mochilas y partimos. Caminar y caminar, el valle, los paisajes eran hermosos. Luego de un rato divisamos un grupo de cerca 15 cóndores que carroñaban alguna presa. Como iba de ultimo no alcance a sacar la cámara. Seguimos, y el paisaje seguía bello. Llegamos a una nieve espectacular. Era una cueva, una verdadera caverna de nieve, con varias salidas y entradas. Quede alucinado con la forma.
Subimos y bajamos por quebradas un buen rato. En una de esas, Cesar encontró una roca con un fósil, la que dejamos escondida para recoger al regreso... y continuamos.
Al caminar por este pequeños “montes”, en una de esas subidas y bajadas, pasamos por unas vegas (extenciones de pastos, humedales... con agua cercana.. lugares para que animales pasten), y a unos metros unas aves, onda gaviotas montesas.
Y así seguimos, llegamos al otro extremo de las lagunas, en donde comenzamos a subir un “pequeño” acarreo, con calor, ya algo cansados, interminable. Luego de un buen rato subiendo, llegamos a la cumbre del acarreo. Metros mas tarde vendría otro. Este nuevo acarreo, lo fuimos subiendo, pero en vez de dirigirnos a su cumbre, al filo superior, lo tomamos en forma horizontal, haciendo travesía a lo largo. Grosso error, dado que si hubiéramos subido 10 minutos mas, llegando al fulo, el camino habría sido fácil, sencillo y rápido. Caminamos en situación compleja cerca de 1 hora, por las puras pelotas.
El objetivo, el cono volcánico, nos acompañaba en cada movimiento, junto a la belleza de las lagunas. Sin dudas, era un escenario magnifico. Si bien uno no puede ni debe quitar la mente de donde esta dando cada paso, en esta oportunidad era imposible: estaba ahí.
Finalmente, llegamos a donde queríamos, una meseta ya mas alta, mas cercana al volcán, y don lugares para acampara. Ahí yacían un par de hitos limítrofes, por lo que ... fui y volví a Argentina varias veces. Y sin mayor esfuerzo.
El paisaje era muy explicito: por un lado Argentina, con una geografía muy “plana”, mucho valle, meseta, lugares abiertos; Chile, abrupto, lleno de cerros altos, cordillera. Pero, luego de un poco de aire... había que seguir.
Le dimos un rato mas, paso tras paso, ya llevábamos unas buenas horas metiéndole chala y disfrutando del lugar. De esto ultimo, no me canso nunca. De verdad, soy un ENAMORADO de la naturaleza y de al geografía, de la obra de Dios.
Caminar y caminar, al rato llegamos a un lugar (obvio, siempre llegamos a algún lugar), una gran roca, una muralla, rodeada de otras mas bajas y otras que conformaban una pirca, para una carpa mediana, muy bien protegida del viento. Aquí descansamos y el Nico se fue a dar una vuelta (este loco no para nunca!; por algo lleva tanta comida), mientras los otros descansábamos protegidos del viento, y Cesar se pegaba una pestañada.
Pensando... plantee avanzar un rato mas, acércanos mas al volcán, dado que aun era temprano, teníamos horas de sol, y así acortábamos la jornada del día siguiente, que venia muy pesada. Idea aceptada, mochilas al hombre... y démosle otra vez.
Habia que pasar por sectores de nieve, ya grandes. De hecho, por un lado, había una especie de... como se llamaba, si, algo como una cornisa de hielo. Caminando por ahí, nos encontramos con otros montañistas, algo mas “maduros”, y con un equipo de puta madre. Todos equipados, partiendo por zapatos plásticos, pantalones para nieve, todo muy colorido y caro (no será musho, digome yo!). También querían la cumbre del Planchon, uno ya había ido anteriormente. No me quedo claro por donde habían subido, me parece mucho que por el lado argentino, o sea, horas y cerros menos que nosotros. En el momento que los topamos, estaban haciendo una pirca con nieve... le ponían mucho color para mi gusto.
Unos 20 minutos después, encontramos un riachuelo y nos instalamos al lado. Si bien había una pirca, estar era muy pequeña, pero la carpa es buena y no era necesario hacer una. El lugar no parecía tener mucho viento (si se compara con lo que hay en el Pintor).
Pusimos carpa, Nico y Rodrigo se pusieron a cocinar, mientras Cesar y yo fuimos a ver el lugar. Aquí nuestra mascota se sometió a otra cesión de fotos... el siempre tan coqueo y fotogénico. Un rico arroz (una mezcla de arroz a la mexicana con chaufan) junto a carnecita que quedo del asado. Una rica comida, aunque se enfrió a los 2 minutos (sin exagerar). Y bueno, con una que otra piedrita, gracias al fuerte viento. De comer al saco, no paso mucho rato. Mas que el cansancio, la levantada de madrugada, el largo dia que se nos venia y lo complicado de estar afuera, nos mando a encerarnos de una. A las 7 ya estábamos guardados. Increíble... en plenas vacaciones, no me acuesto antes de las 2 de la mañana. Después de unas bromas, un chocolate... 7:20 y ya dormíamos.
La noche paso sin sobre saltos. El viento no se noto en la carpa (puta que son buenas!!!). No pasamos frío. Si me desperté en la mitad, otra vez. Pesadillas, sueños de aquel amor que aun me atormenta, que sigue pegado a mi, se manifestó en el sueño. Aunque se quiera, hay cosas de las cuales no nos podemos despegar, demora, pero en fin. A cerrar los ojos, había que dormir, que la noche seria corta.
3:30 y el despertador sonó. Cesar opto por quedarse, no se sentía capaz de subir... y sobre todo de subir y bajar. Era duro. Buena opción... los sabríamos mas adelante.
Unas galletas, pan, jugo, leche, cada uno distinto. Yo me comí unas galletas, gatorade y listo. Guardar las cosas, la ropa y a partir. Cerca de las 4:15 partimos.
Todo oscuro, no había luna. Medio perdido, confié y seguí a los otros chicos, ellos guiaban. Era durísimo, muy parado, una acarreo eterno9, erecto hacia el cielo. Pero, el gozo era ese, el esfuerzo, las ganas. Poco a poco íbamos viendo parte de lo que la naturaleza nos daba por estar ahí, a esa hora.
Nicolás de repente comprendió donde estaba la laguna... lo que yo ya había visto hace rato, horas quizás. Era un triangulo gigantesco, que destacaba abajo, bien definido. Nico no lo había visto... era como buscar algo, que esta ahí, pero no verlo.
Le dimos un rato mas, paso tras paso, ya llevábamos unas buenas horas metiéndole chala y disfrutando del lugar. De esto ultimo, no me canso nunca. De verdad, soy un ENAMORADO de la naturaleza y de al geografía, de la obra de Dios.
Caminar y caminar, al rato llegamos a un lugar (obvio, siempre llegamos a algún lugar), una gran roca, una muralla, rodeada de otras mas bajas y otras que conformaban una pirca, para una carpa mediana, muy bien protegida del viento. Aquí descansamos y el Nico se fue a dar una vuelta (este loco no para nunca!; por algo lleva tanta comida), mientras los otros descansábamos protegidos del viento, y Cesar se pegaba una pestañada.
Habia que pasar por sectores de nieve, ya grandes. De hecho, por un lado, había una especie de... como se llamaba, si, algo como una cornisa de hielo. Caminando por ahí, nos encontramos con otros montañistas, algo mas “maduros”, y con un equipo de puta madre. Todos equipados, partiendo por zapatos plásticos, pantalones para nieve, todo muy colorido y caro (no será musho, digome yo!). También querían la cumbre del Planchon, uno ya había ido anteriormente. No me quedo claro por donde habían subido, me parece mucho que por el lado argentino, o sea, horas y cerros menos que nosotros. En el momento que los topamos, estaban haciendo una pirca con nieve... le ponían mucho color para mi gusto.
Unos 20 minutos después, encontramos un riachuelo y nos instalamos al lado. Si bien había una pirca, estar era muy pequeña, pero la carpa es buena y no era necesario hacer una. El lugar no parecía tener mucho viento (si se compara con lo que hay en el Pintor).
La noche paso sin sobre saltos. El viento no se noto en la carpa (puta que son buenas!!!). No pasamos frío. Si me desperté en la mitad, otra vez. Pesadillas, sueños de aquel amor que aun me atormenta, que sigue pegado a mi, se manifestó en el sueño. Aunque se quiera, hay cosas de las cuales no nos podemos despegar, demora, pero en fin. A cerrar los ojos, había que dormir, que la noche seria corta.
3:30 y el despertador sonó. Cesar opto por quedarse, no se sentía capaz de subir... y sobre todo de subir y bajar. Era duro. Buena opción... los sabríamos mas adelante.
Unas galletas, pan, jugo, leche, cada uno distinto. Yo me comí unas galletas, gatorade y listo. Guardar las cosas, la ropa y a partir. Cerca de las 4:15 partimos.
Nicolás de repente comprendió donde estaba la laguna... lo que yo ya había visto hace rato, horas quizás. Era un triangulo gigantesco, que destacaba abajo, bien definido. Nico no lo había visto... era como buscar algo, que esta ahí, pero no verlo.
Alrededor de las 0600 empezó aparecer el sol, sus primeras señales. Poco a poco las cumbre se iluminaban. Un río de luz lo inundaba, buscaba abarcarlo todo.
Comenzaba a apoderarse de cada rincón. Y aquí pudimos ver algo hermoso... el efecto, la sombra que provocaba el Planchon sobre lo que estaba a nuestras espaldas, una sombra enorme, hacia el infinito, un color violeta era la línea, que cruzaba cerros y a Curico.
3 horas demoramos en llegar a la ante cumbre, al fin del acarreo. Duro, muy duro. Pero lo habíamos conseguido. Pero seguía la aventura... y venia algo grande. De aquí a la cumbre, era un filo eterno. Era algo... feo, tétrico. Desalentaba el continuar, era peligroso.
3 horas demoramos en llegar a la ante cumbre, al fin del acarreo. Duro, muy duro. Pero lo habíamos conseguido. Pero seguía la aventura... y venia algo grande. De aquí a la cumbre, era un filo eterno. Era algo... feo, tétrico. Desalentaba el continuar, era peligroso.
Un filo ya ambos lados, grandes caídas, de nieve y rocas. Si alguien se caía, el parar se veía mas que difícil. De verdad yo tenia susto, miedo. Pero estábamos ahí, no habíamos llegado hasta ahí para regresar sin al cumbre. Pero ahí mismo establecí que habría que evaluar bien la continuación, que en el momento que yo determinase que era mucho, la expedición llegaba hasta ahí. Y seguimos.
No eran mas de 50 cm por donde caminábamos, no era complejo.
Pero uno se tropieza en lugares planos, por lo que el peligro estaba ahí. Cada paso debía ser pensado, pisado, asegurado. Una caída aquí podía significar... el caer por un filo. Íbamos lento, mas que por el cansancio, por el peligro. En ocasiones habían grandes requeríos, los cuales había que flanquear por los costados, hacer travesía, aunque en momentos era complicado.
Pero avanzábamos. Pero llegamos a un punto, ya agotadísimos, con el culo en la mano, en que estábamos muy cerca de la meta, pero (para el Nico) ya era tarde. El, como responsable del transporte, estaba muy preocupado de este punto. El tiempo y el cansancio, habían determinado que este lugar, a unos 50 metros de la cumbre, seria “nuestra cumbre”. Pero no. Rodrigo quería llegar, como fuese. Y al minuto el Nico dijo –vamos-. Yo opte por quedarme, estaba muerto. Esa seria mi cumbre, mi premio, mi limite.
Jajaja. Pero no. Cual Popeye, pero con un poco mas de descanso y unos trozos de chocolate, mas algo de agua, me puse la mochila cumbrera y a caminar mierda. No me iban a superar un par de lolitos, no señor. Estaba ahí, y no iba a desaprovechar la oportunidad, y el honor estaba en juego (típica cosa de hombres). Pero la verdad es que tenia que llegar. No me rindo nunca, y no iba a ser la oportunidad. Era cosa de un poco mas de descanso. Y partí.
Últimos metros, y costo. Por cada unos 5 metros, tenia que parar a respirar. Costaba. Pero ya estaba llegando. Solo que por donde vi al Nico, y hacia donde me dirigí... era el baño. A don Nicolás, le dio por dejar un “recuerdo”, un “monolito”, un HITO en al cumbre. Así que no me quedo otra que bajar y subir por otro lado.
Llegamos a la cumbre, llegue al objetivo. CAUCEN conseguía otra cumbre!
Fotos a cada integrante, incluido Odo.
No eran mas de 50 cm por donde caminábamos, no era complejo.
Pero avanzábamos. Pero llegamos a un punto, ya agotadísimos, con el culo en la mano, en que estábamos muy cerca de la meta, pero (para el Nico) ya era tarde. El, como responsable del transporte, estaba muy preocupado de este punto. El tiempo y el cansancio, habían determinado que este lugar, a unos 50 metros de la cumbre, seria “nuestra cumbre”. Pero no. Rodrigo quería llegar, como fuese. Y al minuto el Nico dijo –vamos-. Yo opte por quedarme, estaba muerto. Esa seria mi cumbre, mi premio, mi limite.
Jajaja. Pero no. Cual Popeye, pero con un poco mas de descanso y unos trozos de chocolate, mas algo de agua, me puse la mochila cumbrera y a caminar mierda. No me iban a superar un par de lolitos, no señor. Estaba ahí, y no iba a desaprovechar la oportunidad, y el honor estaba en juego (típica cosa de hombres). Pero la verdad es que tenia que llegar. No me rindo nunca, y no iba a ser la oportunidad. Era cosa de un poco mas de descanso. Y partí.
Últimos metros, y costo. Por cada unos 5 metros, tenia que parar a respirar. Costaba. Pero ya estaba llegando. Solo que por donde vi al Nico, y hacia donde me dirigí... era el baño. A don Nicolás, le dio por dejar un “recuerdo”, un “monolito”, un HITO en al cumbre. Así que no me quedo otra que bajar y subir por otro lado.
Fotos a cada integrante, incluido Odo.
Aquí descubrí que se le habían metido piedrecillas, arena al lente de la cámara. Debo mandarla al técnico, y saldrá carito... imagino.
Ahora, venia la bajada, y con esto sufriría mi rodilla. Ya tenia recelo, miedo, pero son las consecuencias que hay que pagar.
Al lado de donde habíamos parado la ultima vez, comenzaba un gran acarreo y decidimos bajar por ahí. Se simplificaba la bajada, el pasar otra vez por los filos interminables. El acarreo nos simplificaba la vida. Pero era eterno, no se, quizás mas de 30 minutos o algo así. No terminaba. En una de esas, en medio de acarreo había un sector de “tierra forme”, con el cual choque y caí. Una caída de unos 2 metros y un dolor de culo grande, pero nada de que preocuparse. Pero continuaba.
Luego del acarreo, venia la nieve. No se podía bajar bien caminando, no funcionaba el tipo “sky”, estaba muy dura para eso. Rodrigo probo tirando se de culo.. y funciono. Así fue la bajada, un gran resbalin. Tenia que ir tirando mi bastón para recogerlo mas adelante, esto me demoraba, ya que tenia que ir parando y caminando hacia donde había caído. Hasta que lo achique y lo junte con el piolet, de ahí.. algo fácil.
Había que tener cuidado con las piedras que habían en el camino, y con los “hoyos”, mas que peligrosos eran dolorosos. Debimos haber bajado mas de 800 metros de esta forma, al final ya o sentía el culo ni nada. Se me congelo todo. Pero lo pasamos genial. Bajamos lo mas posible de esta forma, hasta que ya no se podía, y debimos caminar. Nos separaban unos 500 metros “planos” del CB.
Ahora, venia la bajada, y con esto sufriría mi rodilla. Ya tenia recelo, miedo, pero son las consecuencias que hay que pagar.
Al lado de donde habíamos parado la ultima vez, comenzaba un gran acarreo y decidimos bajar por ahí. Se simplificaba la bajada, el pasar otra vez por los filos interminables. El acarreo nos simplificaba la vida. Pero era eterno, no se, quizás mas de 30 minutos o algo así. No terminaba. En una de esas, en medio de acarreo había un sector de “tierra forme”, con el cual choque y caí. Una caída de unos 2 metros y un dolor de culo grande, pero nada de que preocuparse. Pero continuaba.
Luego del acarreo, venia la nieve. No se podía bajar bien caminando, no funcionaba el tipo “sky”, estaba muy dura para eso. Rodrigo probo tirando se de culo.. y funciono. Así fue la bajada, un gran resbalin. Tenia que ir tirando mi bastón para recogerlo mas adelante, esto me demoraba, ya que tenia que ir parando y caminando hacia donde había caído. Hasta que lo achique y lo junte con el piolet, de ahí.. algo fácil.
Había que tener cuidado con las piedras que habían en el camino, y con los “hoyos”, mas que peligrosos eran dolorosos. Debimos haber bajado mas de 800 metros de esta forma, al final ya o sentía el culo ni nada. Se me congelo todo. Pero lo pasamos genial. Bajamos lo mas posible de esta forma, hasta que ya no se podía, y debimos caminar. Nos separaban unos 500 metros “planos” del CB.
Llegamos a nuestra carpa y enceres, y pasamos a rescatar a nuestro cuarto integrante.
Luego de descansar, contar la historia, sincerarnos un poco (respecto al filo, ya que Nico me dijo que no le gustaba mucho y estaba esperando a que yo desistiera; jaja), comer, hidratar y desarmar campamento, partimos. El regreso comprendía unos 300 metros similares a los del día anterior, pero pasado el lugar en donde había acampado la otra cordada que buscaba cumbre, nos dirigimos a otro nevero, para bajar de la misma forma en que lo habíamos hecho desde al cumbre: de poto.
Al comienzo, Cesar no tenia muy buena cara, y la verdad a mi tampoco me animaba mucho la cosa.
La pendiente era bastante, sumado a eso la carga extra de la mochila, no nos gustaba. Algunos intentos de desistir, pero nada, el animo del Rodrigo y Nico nos superaron, y al ver como se deslizaban, había que darle nada mas. Primero iba Rodrigo, variando la ruta; de ahí iba Nicolás seguido de Cesar, para ir ayudándolo y enseñándole, al final yo.
La verdad, una vez en ruta, y ocupando bien la técnica, la cosa era mas que entretenida. Cesar iba fascinado, como cabro chico. El nevero estaba perfecto, solo debíamos parar cuando habían curvas pronunciadas. En minutos hicimos lo que nos había demorado horas. Le dimos muchos metros de descenso, casi hasta el fin de las lenguas de nieve, dado que los últimos metros eran de piedras y hoyos. De ahí a caminar y luego, ya estábamos a nivel de la laguna. 
Descansamos un buen rato, gracias a estas bajadas Express, habíamos ahorrado mucho tiempo, y podíamos ir muy relajados. Comimos, secamos algo la ropa, Nico se cambio su pantalones Tatoo, que se le habían rajado (nuevamente) con la nieve. Un buen descanso y amena conversación.
Partimos, y aquí se produjo el error de esta expedición. Por vagos (aunque yo horas antes lo manifesté :”estamos bajando mucho”), seguimos muy pegados a la laguna, y seguimos por unos senderos medios fantasmas que habían en travesía.
Debimos haber subido unos cerritos, unos montes pequeños, en ves de haberlos “cortado”. El resultado: nos demoramos una eternidad e igual era complicado el camino. Cesar iba muy complicado, dado su inexperiencia y la calidad de su calzado, no eran de montaña. Y de unos bototos con que había estado hasta el momento en que descansamos en la laguna, ahora se había cambiado a unas zapatillas.
Bueno, con gran esfuerzo, cuidado y mucho tiempo, logramos encausar la ruta. Eso si: cansados. Rodrigo manifestaba malestar en sus pies; le dolían mucho. Pero nada, ya iba quedando menos.

Partimos, y aquí se produjo el error de esta expedición. Por vagos (aunque yo horas antes lo manifesté :”estamos bajando mucho”), seguimos muy pegados a la laguna, y seguimos por unos senderos medios fantasmas que habían en travesía.
Bueno, con gran esfuerzo, cuidado y mucho tiempo, logramos encausar la ruta. Eso si: cansados. Rodrigo manifestaba malestar en sus pies; le dolían mucho. Pero nada, ya iba quedando menos.
En causamos la ruta, encontramos la piedra- fósil de Cesar, y cuando íbamos llegando a la “casa” del cuidador, nos encontramos con unos tipos que descansaban ahí, junto a sus caballos. Así que mi sueño de poder defecar por el sector, descansar en al cueva de hielo y todo eso, se esfumo. Continuamos. 
Rodrigo manifestaba su molestia en los pies, cosa que fue un momento tenso cuando debíamos decidir por le camino a seguir: el quería irse por el camino de autos, mas “plano”, menos dolor para el, pero muchísimo mas largo. El otro era el sendero por el que veníamos, mas corto pero “brusco”. Luego de unos minutos de tensión, discusión, se opto por el ultimo, con desgano de Rodrigo.
Bajamos un rato y descansamos. Todos ya íbamos muertos. La jornada había sido larga, fuerte. Solo quedaban un par de horas, un ultimo esfuerzo.
Mochilas arriba, caminamos unos 20 minutos y Nico distinguió un sonido, una camioneta ala lejanía. Simple: nos habían venido a buscar antes! Entre el cansancio y la locura patológica que hay en la cabecita de Nicolás, dijo “si, si hay camino”. Había que bajar unos 50 metros, para luego subir unos 80, por medio de un riachuelo. Ya quedaba poco, así que a darle no mas. Si, me costo este ultimo tramo, no podía subir por una cascada... el cansancio y el peso de la mochila me lo impedían. Nico me tendió la mano y finalmente subí, y llegamos a la camioneta. Había terminado la parte complicada. Ahora venia solo un viaje en camioneta. Pero unos metros mas allá, el Nico se bajo para ir a buscar las espadas en que habíamos hecho el asado. De ahí... nos esperaba una sorpresa.
Nos había ido a buscar un tío del Nico (que conversando, supe que también era ex alumno marista, del San Martín), el cual nos había mandado a preparar un asadito, junto a a unos arrieros y trabajadores. Así que en donde esta ubicada una mina de Cementos Bio Bio, entramos y llegamos al asado. Nunca había comido un cordero con tantas ganas, no fue mucho lo que comí (no me agrada esta carne), pero lo que comí, lo devore. DE ahí descansamos un buen rato, y partimos.
En la ruta fuimos planificando la celebración de la expedición. Lo que partió como una broma mía, tomo fuerza. Después de pasara la casa de Nicolás, buscar la ropa que dejamos ahí, nos fuimos a Curico, a la casa de Cesar, ahí nos bañamos, cambiamos por ropita limpia y partimos los 4 mas una amiga de Cesar, a un boliche, a beber cerveza y comer pizza. Esa si que era celebración...
En esta oportunidad, debemos dar especial agradecimiento a la familia de Nicolás, a su abuela, su abuelo y a todos.
Y como siempre, a nuestras familias, que a regañadientes nos “apoyan” en esta locura que es subir cerros. A GATORADE, la Dave de la Universidad Central, a Mary Rojas y Don Eugenio Arratia.
Y aprovecho de plasmar, desde ya, mis mas sinceras felicitaciones a nuestro amigo e instructor Tomas Silva, que en unos días mas será padre! FELICITACIONES!
Bajamos un rato y descansamos. Todos ya íbamos muertos. La jornada había sido larga, fuerte. Solo quedaban un par de horas, un ultimo esfuerzo.
Mochilas arriba, caminamos unos 20 minutos y Nico distinguió un sonido, una camioneta ala lejanía. Simple: nos habían venido a buscar antes! Entre el cansancio y la locura patológica que hay en la cabecita de Nicolás, dijo “si, si hay camino”. Había que bajar unos 50 metros, para luego subir unos 80, por medio de un riachuelo. Ya quedaba poco, así que a darle no mas. Si, me costo este ultimo tramo, no podía subir por una cascada... el cansancio y el peso de la mochila me lo impedían. Nico me tendió la mano y finalmente subí, y llegamos a la camioneta. Había terminado la parte complicada. Ahora venia solo un viaje en camioneta. Pero unos metros mas allá, el Nico se bajo para ir a buscar las espadas en que habíamos hecho el asado. De ahí... nos esperaba una sorpresa.
Nos había ido a buscar un tío del Nico (que conversando, supe que también era ex alumno marista, del San Martín), el cual nos había mandado a preparar un asadito, junto a a unos arrieros y trabajadores. Así que en donde esta ubicada una mina de Cementos Bio Bio, entramos y llegamos al asado. Nunca había comido un cordero con tantas ganas, no fue mucho lo que comí (no me agrada esta carne), pero lo que comí, lo devore. DE ahí descansamos un buen rato, y partimos.
En la ruta fuimos planificando la celebración de la expedición. Lo que partió como una broma mía, tomo fuerza. Después de pasara la casa de Nicolás, buscar la ropa que dejamos ahí, nos fuimos a Curico, a la casa de Cesar, ahí nos bañamos, cambiamos por ropita limpia y partimos los 4 mas una amiga de Cesar, a un boliche, a beber cerveza y comer pizza. Esa si que era celebración...
En esta oportunidad, debemos dar especial agradecimiento a la familia de Nicolás, a su abuela, su abuelo y a todos.
Y como siempre, a nuestras familias, que a regañadientes nos “apoyan” en esta locura que es subir cerros. A GATORADE, la Dave de la Universidad Central, a Mary Rojas y Don Eugenio Arratia.
Y aprovecho de plasmar, desde ya, mis mas sinceras felicitaciones a nuestro amigo e instructor Tomas Silva, que en unos días mas será padre! FELICITACIONES!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario