
Privarse de comer por uno o más días es fuente de muchos beneficios corporales y mentales. Aprender a conocer los efectos de los alimentos en el cuerpo es una de las enseñanzas.
Dr. Mauricio Purto
Los deportistas generalmente aumentan su gasto de energía debido a una mayor carga de ejercicios, y por ende necesitan reponer esa energía a través de una terapia nutricional oportuna y eficiente. Sin embargo, la digestión y los alimentos pueden intoxicarnos y mermar nuestra energía. Por eso, muchas veces puede indicarse una terapia de ayuno.
El descanso físico y psíquico es fundamental en las pausas de descanso de los deportistas. Sin embargo, un descanso físico no supone sólo una nula o baja carga de ejercicios de entrenamiento. Para optimizar los períodos de recuperación energética de los atletas durante su descanso o enfermedad, el manejo de técnicas nutricionales de ayuno -que además le enseñan autocontrol- puede ser importante.
El ayuno es la abstención voluntaria de comer cualquier tipo de alimento en un plazo determinado. Como técnica libera del trabajo digestivo, y por ende del consumo de energía de nuestro cuerpo para el proceso de digestión; es decir, la extracción de los principios nutritivos de los alimentos por nuestro aparato digestivo.
Así, simplificando el proceso de nutrición, activamos el de eliminación, importante en los períodos de recuperación de los deportistas.
El ayuno se impone en el reino animal como cura de salud instintiva, y constituye una técnica purificadora eficaz y sencilla, que libera de la depresión de la energía vital por intoxicación. En los deportistas esta intoxicación viene dada por su carga de ejercicios, o por su propia nutrición.
Nuestro organismo dispone de reservas de energía y de nutrientes, por lo que un ayuno no significa desnutrirnos. Paradojalmente el ayuno, que nos priva algún tiempo de procurarnos combustible orgánico a través de alimentos, es energizante y desintoxicante, y por ende terapéutico. Sin embargo, como herramienta de terapia debe ser manejada con conocimiento y supervisión, sobretodo en ayunos de más de 24 horas. Usted no debe ayunar si sufre de anemia o enfermedades metabólicas, o si está embarazada, por ejemplo. El ayuno puede ser de uno o varios días seguidos, o periódico, un día cada semana, quincena o mes. El mínimo lapso de un ayuno terapéutico es 24 horas, y es el más común a usar en deportistas. Puede ser absoluto, es decir, absteniéndose de cualquier alimento, excepto agua pura. O relativo, ingiriendo jugos de frutas, o frutas o verduras crudas. Beber mucha agua durante el ayuno es importante, porque ayuda a acentuar el proceso de desintoxicación del organismo.
Conviene combinar el ayuno con ejercicios de respiración, baños de aire, agua, luz y sol. Así el organismo recicla por pulmones y piel otras impurezas, y también se nutre. Conviene también no estar sujeto a tensiones durante el lapso de ayuno, y vivirlo de preferencia en un ambiente natural.
Trate de no pensar alimentos. Emplee el tiempo en actividades psicofísicas de baja tensión. Y de emprenderlas, hágalas con tranquilidad. Descanse la mayor parte del tiempo, y dese un tiempo sólo(a). Algunos ejercicios de elongación o estiramiento, sobretodo en posición horizontal, son especialmente aconsejables.
En ocasiones, sobre todo las primeras veces, se pueden experimentar algunos malestares, como dolor de cabeza o sensación de náusea o mareo. En este caso tome una infusión caliente de menta o melisa. No beba té ni café.
Una jornada de ayuno procura a nuestros intestinos un descanso. Durante el ayuno la energía corporal que se dirige a digestión puede estar disponible para reparación orgánica. Y el cuerpo se siente más liviano. Pero el efecto terapéutico del ayuno no se resume en su efecto de desintoxicación.
Cuando el cuerpo y la mente no están involucrados en el proceso de alimentación y digestión, se abre un estado del ser proclive a experimentar ciertas experiencias trascendentes. Este espacio es reconocido por algunos psiquiatras como "espacio intermedio", que se alcanza en esfuerzos extremos, grandes emociones, o a través de ayunos. De hecho todas las religiones del mundo recomiendan el ayuno, y también la vigilia, con fines de ejercicio y elevación espiritual.
Así, el ayuno es un disciplina mental de austeridad, que estimula la fuerza de voluntad, la fuerza mental, y expande nuestra percepción. El ayuno ayuda a desarrollar concentración y agudizar las capacidades mentales, tanto como una laboriosa digestión llama al sueño. A los deportistas especialmente, el ayuno les ayuda más a comprender el efecto de los alimentos en su organismo, y a conocer el proceso energético propio.
Un menor gasto de energía en digestión hace que aumente la disponibilidad energética y eficiencia de nuestro organismo en otros procesos, como los de eliminación y purificación orgánica.
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