martes, agosto 29, 2006

Conchali... nueva victoria!




Hace ya varios días que no escribo, y han pasado muchas cosas. Tal como “amenace” la ultima vez, con el Club nos fuimos de “expedición”, con el objetivo de hacer cumbre en los cerros Carpa y Conchali... contare esta aventura.

Personalmente no quería ir, como hace ya un mes y medio... prefiero quedarme en casa y pasar gran parte del día en cama. Pero nada, ¿qué iba a hacer así, un fin de semana en cama, mordiendo la pena, masticando la amargura y sufriendo? Mejor salir con los amigos, conocer gente nueva, hacer deporte... salir a lo que me gustaba. Así que apreté el corazón... y hacer las ganas, la mochila y vamos al cerro mierda!!!
Nos juntamos en La Dehesa con El Rodeo, allá por los barrios mas que altos, por Lo Barnechea (creo). Mas perdido que la cresta tome las micros según las indicaciones de Cesar, así que a las 6:30 Salí de casa en dirección a Plaza Italia en donde baje y tome la micro 233 que me dejo en el punto de encuentro acordado. Sorpresa cuando no veo a nadie. Luego de unos minutos diviso que llega Luís Salvador en auto y de ahí que están la Pancha y Cisternas comiendo en el servicentro. DE ahí a esperar y esperar. El acuerdo era juntarse a las 7:30, yo llegue a las 7:20, Luís Salvador a la hora justa, Luís (el español) llego a eso de las 7:45 (creo), Cesar ya cerca de las 8, la Paulina y al Anne pasadito las 8, tipo 8:15 Cristian y unos minutos después... Jorge. Unas vueltas y partimos. La cosa es que ya estábamos atrasados según la planificación, pero “por suerte” no era para tanto, ya que estaba pensado llegar temprano al lugar de campamento para así tener gran parte de la tarde para descansar, conversar, departir amistosamente.

Teníamos 3 autos, asi que alcanzamos a viajar todos (La Pancha y Cisternas se habían “unido” menos de 24 horas antes, rompiendo la planificación).

Ya en la cerca, bajamos las mochilas, guardamos y sacamos cosas 8ya no iba a ocupar mas mi parca de pluma), tomar aguita, extender bastones, sacra fotos, etc. Y partimos... al fin! Caminamos por la calle hasta llegar a la cerca en donde se entra ya al sector “natural”, siguiendo un sendero. Al llegar a una 2° cerca (la cual hay que pasar por “entre medio”), se dobla (según este recorrido) hacia la derecha (y no a la izquierda como lo había hecho yo en una salida anterior). Siguiendo este sendero, luego de unos 20 minutos se llega a un riachuelo, el cual hay que cruzar, para continuar por ese camino. De ahí el camino es mas bien sin complejidades de seguir (no es que el camino sea sencillo, sino que no es complicado seguirlo). En este riachuelo cargamos agua, ya que según lo planificado, era el ultimo abastecimiento de agua que tendríamos, y el lugar de campamento no tendría nieve. Así que cargue toda el agua posible, ya tenia cerca de 7 litros en mi espalda (esta cosa de perder agua en demasía obliga a cargar agua en demasía, mas peso, mas lento, mas cansancio, pero no hay otra).
Este fin de semana era de una ventanita de buen tiempo, había pronosticado sol y temperaturas de unos 27° para el domingo. El tiempo nos acompañaba (para el que le gusta el sol). Después de caminar un rato el sol empezó a hacernos compañía, agradable por un buen par de horas.
Caminamos y caminamos. Si me canse en los sectores “planos”, en los que eran de ascenso me moría. Mi estado físico deja mucho que desear, no entreno hace... diciembre. La lesión me freno todo, solo los ejercicios con peso en la pierna, los cuales ya deje hace meses, y en estas semanas nada, ningún animo ni por si las moscas. El mal estado físico junto con la desmotivación, el peso que cargo en el corazón, me hacia ir lento y cansado, pero ahí estaba, subiendo.
San Ramon... donde me accidente

Después de unas horas de caminata (pocas en todo caso), llegamos a una pequeña cumbre, o mas bien un portezuelo, en donde había una “animita”, que después sabríamos que era por los 5 muertos que dejo el choque de un avión bimotor el año 90, en las faldas del cerro Conchali. Aquí descansamos como 15 minutos... me faltaba una botella de oxigeno. Después proseguimos y pasado un rato de caminata el sector ya se puso con vegetación mas baja y poco a poco mas ”desértico”, mas seco. Ya comenzábamos a buscar un lugar para acampar. No había nieve, pero por el sector tratábamos de buscar un lugar con alguna quebrada de agua cerca. Ya no quería mas, ahí nos mas me quedaba, total tenia bastante agua, no era necesaria mas. Pero encontramos una quebrada y nos instalamos a unos 50 metros. El otro “pero” para el campamento era el “peligro o miedo ante la gente que podía pasar, puntualmente los arrieros. Aquí hice entender que aquí donde estábamos, un poco mas arriba o en cualquier parte del sector, el que quería robarnos lo iba a hacer, por lo que nos instalamos y la otro día desarmaríamos todo y dejaríamos las cosas debajo de los arbustos.
Aquí ya nos tiramos, dejamos las mochilas, sacamos agua, comida, nos hechamos a dormir algunos, otros a comer, a conversar, a mirar el sector. Fue una tarde agradable, estaba calido, sin que hiciera calor. Había buena compañía. Me ayudo a refrescar el corazón. Lo estaba pasando súper bien, pero... no lo podía disfrutar al 100%.
Al ir cayendo la tarde armamos las carpas, para luego pasar a ir preparando la fogata y la cena. Mi cordada era: Cesar, Cristian F, Luís Salvador y yo. Cesar había llevado 8 porciones (de montaña) de tallarines. La verdad como preparador de menú... caga. Tenia planificado comer como 2 veces, así que como no se puede botar la comida, nos comimos TODO! Quede con dolor de guata, tirado, muerto, mucho. Pase mas de 1 hora preparando la comida, si bien los tallarines estaban hechos, había que calentarlos, calentar la salsa, en ocasiones evaporar algo de agua. Pero comimos y quedamos llenitos.
Pasamos a una conversación antes de ir a dormir, donde ya al final Cesar lanzo una buena “actividad” (en si es algo que hacemos –perdón, se hace- en los scout) en donde cada uno debía presentarse de alguna manera, contra su “historia”, etc.
Terminado esto... a dormir. Ya acostados nos demoramos un rato en dormir, tuvimos un buen rato de leseo dentro de la carpa.

A las 5 de la mañana sonó el despertador. La idea era estar caminando a las 6. Tomamos desayuno en la carpa (algo, ya que aun estábamos llenos con los tallarines), algo de pan, café y leche. Armamos la mochila, desarmamos la carpa. O sea que a las 6:15 (ya atrasados) estábamos listos. Y la otra cordada... nada. Estábamos listos y ellos... tomaban desayuno, sentaditos. Mala.
A la s7 comenzamos la ascensión. Ya era todo subida, y había que ir rápido, ya que el solo en un rato nos estaría dando en la cara. Ahí aparecieron algunos restos del avión, también por ahí Jorge perdió la radio (que al regreso recuperaría). Poco a poco fuimos subiendo, hasta llegar al portezuelo. Jurábamos que el cerro de nuestra derecha era el Conchali y el de la izquierda era el Carpa. Error.
Del portezuelo, un descanso y a seguir. Paulina se quedo porque le molestaban las rodillas, así que los 9 restantes continuamos. Ya era caminata en nieve, que estaba en algunos lugares dura, en otros blanda y esotros, con aire abajo, por lo que muchas veces pasábamos con la pierna volando hacia abajo. Caminar y caminar, nueva experiencia ya que nunca lo habíamos hecho en nieve. Era distinto... y el paisaje reconfortaba.
En medio de esto nos enfrentamos a una subida algo empinada y con la nieve dura, así que fuimos subiendo de a uno, marcando una escalerita para que los de atrás subieran mas fácil. Buen resultado y entretenido. Un rato mas de caminata en nieve y al fin... LA CUMBRE!!! Y ahí cachamos: había una plaquita y era del Conchali, el carpa estaba ala vista a una hora o algo mas, nevado completamente. Pero había una planificación, un horario que cumplir, por lo que quedo para una próxima incursión al cerro.
Estuvimos unos 20 minutos y bajamos Cristian hizo un show para que la mama lo viera desde abajo, pero nada. Saltaba, leseaba con un espejo, celular, pero nada. Fotos, videos, chocolates y galletas. Pero había que bajar.
Si bien en momentos fue algo complicado, fue super divertido, utilizamos todo el ingenia para la abjada. Cayo un reloj, una botelkida de gatorade (esta la rescatamos por suerte). Ya en el portezuelo nos encontramos con la Paulina, y continuamos el descenso.
Cerca del campamento nos encontramos con un grupo que venia bajando, corriendo, onda “equipo Salomón”. Ahí nos contó un tipo sobre el accidente y las cosas ya nos hacían sentido.
Llegamos al campamento, ordenamos las cosas y a caminar. Esto ya era un desierto, el sol pegaba duro. Una amenaza de lo que es salir en verano.
Luego de unas 2 horas, mucho sol, terminamos la travesía. Estábamos abajo a eso de las 16:00.

Personalmente fue una gran salida, muy buen compañía, excelente paisaje, aventura. Genial. Lo pase la raja... pero, no lo pude disfrutar. Tu, mi amor, estabas en cada momento, a la lejanía. Con dolor te recordaba a cada instante de caminata, ascensión y en la cumbre. Mientras cocinaba, sudaba. Te extraño y ni subir a un cerro te quita de mi cabeza. Dormí pensando en ti, en ti!
No logro disfrutar de lo que hago... sin ti, no logro ser el mismo. No respiro tranquilo.



No hay comentarios.: