O si! Al fin la cumbre del San Ramón. Segundo intento, y por suerte fue con éxito. Y no con un club de montaña ni nada: con un simple y vulgar grupo Scout. Nada de curso de montaña, nada de clases; pura garra y corazón, puro empuje y pasión. Es cierto, para montaña a este grupo le falta bastante, pero lo importante esta: la unión entre ellos, el corazón y el compañerismo. ¿Hay algo mas importante cuando se hace montañismo?Partimos el sábado a las 7:20 de la mañana y caminamos hasta alrededor de las 20:00, a unos 2700msnm (partimos a los 955msnm), pasando por duros caminos de brusca subida, y lo mas complicado: un sector de acarreo de
1) rocas
2) piedras, acarreo propiamente tal.
Este fue el sector mas complejo del día, y quizás de la salida en general.
Dormimos en una filo, en unos 2 a 2,5 metros. Hacia los lados la cosa era un bajada. No había mucho espacio pero dormimos bien. Con una vista espectacular: Santiago iluminado. Y mas entrada la noche, la luna llena que nos iluminaba.
Al día siguiente partimos a eso de las 7:15. Camino a la cumbre. Un camino algo complicado, con pasadas de roca: bastante es entretenido.
Remontando cerritos- requeríos, hasta llegar a la ultima ascensión a la cumbre. Una larga subida de unos 500 metros de ascensión. Duro. Cansador. Cerca de las 11:40 logre la cumbre, en un acto de desesperación por agua.
O esperaba a que el resto me alcanzara (y llegaran con agua) o le daba duro y lograba la cumbre. Entre descanso y descanso (puntualmente por la sed) llegue a la cumbre, corriendo a buscar nieve. Llegaron a las 12:17. Sacamos las fotos, mientras apareció un visitante: llego un brasileño que venia desde el provincia y se dirigía hacia el punta damas, para bajar por Los Azules, Cajón del Maipú. Al parecer esta ruta es mas suave, larga, pero suave. Será una próxima aventura (quizás).
Bajamos a las 13:30, algo atrasados, ya que estaba calculado comenzar el descenso a las 13:00. Pero igual íbamos bien de tiempo. Al llegar a las mochilas, luego de un descanso, agua y unos duraznitos, bajamos. Tome mi mochila y comencé a bajar por un roquerio- acarreo. Y aquí sucedió el hecho trágico de la salida (y de mi vida de montañista).
Estaba bajando, me iba a apoyar en una roca grande, la probé (ya que muchas están quebradas o por quebrarse) y nada, dura y firme. Al apoyarme y moverme afirmado a ella, la roca se quebró, desprendiéndose un cubo enorme, quizás de unos 100 kilos, la cual cayo directo a mi pierna (gemelo) izquierda y doro cuesta abajo. El dolor fue enorme. Como hace años y años, tuve ganas de llorar como un niño. Realmente me transporte y sentí ser un niño que se había gopeado y quería llorar. Mientras veía que caía la roca imagine que esta partiría mi pierna, luego que la podría quebrar. Fue desesperante.
Gracias a Dios, gracias a la gente que nos ayuda (y al Lobo que hoy me cuida desde allá), la piedra me golpeo, causando dolor, y hasta el momento, solo inflamación del músculo. Luego de 24 horas y 1700 metros de descenso (brusco y complejo), solo tengo unas magulladuras y la inflamación del gemelo. Es como andar con un yeso. Nada mas. Dios, el Lobo... ayudaron a lo que era una tragedia inminente, solo fuera un golpe, fuerte, pero un golpe. Golpe que causo dolor, inflamación, atraso en la bajada, y sobre todo, desesperación.
El golpe, fuera de lo ya descrito, me causa una especia de depresión, de bajones. Quería llorar, de dolor, pena. Quizás sea por no poder llegar al cumpleaños de mi papa (que era ayer domingo y haría unos anticuchos... obvio, quería estar con su familia). La verdad no lo se, pero al ponerme a pensar en el accidente, me bajaba la desesperación y las ganas de sentarme a llorar. El mismo cumpleaños de mi papa hacia que me apurar en bajar, el objetivo era bajar y llegar al cumpleaños. Se aplico a la perfección la “logoterapia” de Frankl (aquella que le da importancia al objetivo, a la meta, por la cual se puede luchas y pelear).
Esta fue mi peor experiencia en montaña (y de la vida). Los niveles de desesperación fueron mayúsculos. Luego de horas de caminata, a causa de la sobre carga, mi rodilla derecha comenzó a doler. Pero lo logramos: fuimos, hicimos cumbre, y regresamos (que es el OBJETIVO Y LOGRO) enteros, averiados (yo mas que todos), pero regresamos a nuestras casas.
Analizando el accidente: hasta el momento no hay ningún punto causante. Un accidente en todas sus letras. No hay error, fallo, falta de preparación, fue un accidente. La única forma de que no pasara: haberme quedado en casa.
Cordada: muy bien. Soto ayudo mucho. Yo no estaba en una posición de liderar al 100%, por lo que soto tomo gran parte de esta carga, y a la vez la cordada se mantuvo firme y unida.
Deficiencias: falta la anticipación ante los hechos. Nadie llevaba linterna, botiquín. Bajamos de noche y solo había una linterna, la mía. Sin esta nos habíamos quedado arriba.
Tener cuidado con los celulares: buscando señal se descargan muy rápido.
Resumen: un éxito. Regresamos. .Solo el accidente opaco la salida.
No saldré al cerro en un buen rato, producto de la reparación fisiológica que necesito y del shock emocional. Pongo en duda la salida a la Ruta del cóndor, y la Expedición al Plomo de CAUCEN.
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